(Francisco Javier Zambrana Durán) Luca Giacon, el Campeón Internacional de la IBF, cayó este pasado sábado ante el ruso de origen armenio Petros Ananyan por decisión técnica. Los jueces declararon una decisión unánime a favor del visitante, que terminó coronándose.

Ante la atenta mirada del público del Martín Carpena, el legendario malagueño Luca Giacon tuvo una de sus noches menos adecuadas en su historia personal. La suerte no le acompañó, pese a haberse dedicado al cien por cien a la preparación de este combate. El levantarse de los golpes no fue suficiente, sino que se le pidió mucho más de lo que realmente su físico podía dar.

Nadie sabía lo que iba a acontecer, y mucho menos quería prever algo como tal. Petros Ananyan, conocido por tener una clásica forma de encarar los duelos con un juego destinado al contraataque, era uno de esos rivales que podía poner en peligro la integridad del español, sobre todo conforme el combate fuese avanzando en el tiempo.

Tocado en la ronda 3 y sufrimiento arrastrado hasta la sexta

Generalmente, un boxeador tiene en su cabeza un planteamiento claro del combate. Giacon no iba a ser menos en este aspecto e ideó una fórmula que parecía ser perfecta hasta que su rival se la tiró sin avisar al suelo del laboratorio. Reservarse paso a paso, guardar las fuerzas, tantear, tocar cuando bien se podía, y hacerse protagonista del encuentro, fueron las máximas de un Luca que parecía estar más ligero que nunca de piernas.

Sin embargo, el no haber contado, de manera directa, con el hecho de que su oponente podría buscarle problemas en cualquier momento, le supuso un grave problema. No es que el ruso hubiera boxeado mejor, ni siquiera había llevado la voz cantante, pero un par de buenas combinaciones y una derecha directa a la zona débil sentaron al púgil de ascendencia italiana.

Este se levantó, aturdido, siendo consciente de que tenía que seguir, de que tenía que demostrar su valía, pero no volvió a ser lo mismo que anteriormente.

El médico decidió finalizar el combate por un corte en el ojo izquierdo

Desde la primera de las rondas, Luca había arrastrado un pequeño corte en el ojo izquierdo. A pesar de que Bernardo Checa (su entrenador) y de que su Cutman lo hubieran tratado a la perfección, los restos del sangrado quedaron permanentes en el lugar. Ananyan lanzó sendos golpes a esta zona y fue prolongando el sufrimiento.

El colegiado, que había sido un tanto permisivo a la hora de parar ciertos golpes ilegales por parte del retador, decidió, tras seis rondas, cesar el duelo. Este llamó al médico, quien, nada más ver el corte profundo que Giacon ostentaba en su prolongación de la ceja, dio al colegiado la decisión definitiva.

Entre rabia y señorío, el que era Campeón Internacional de la IBF se retiró a su esquina, conversó con los ‘Hermanos Checa’ y acudió a la coronación de su rival. No abandonó en ningún momento el cuadrilátero, sino que esperó a que todo estuviese terminado para tomar el camino de los vestuarios.

Allí donde el pasado 5 de agosto de 2017 había salido victorioso, se marchaba cabizbajo, con rostro dolorido, pero con el apoyo de un público que sabe perfectamente que su empeño había sido el máximo. Más valía prevenir que derivar en males mayores. Luca hubiera seguido, pero el cesar el duelo fue, moralmente, lo más correcto.

Redactado por Francisco Javier Zambrana Durán.

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