El estudio, publicado en la revista ‘Annals of Medicine’, señala a la glucemia como un indicador clave para la intervención tras el ingreso hospitalario de personas infectadas por coronavirus

Investigadores del Hospital Regional Universitario de Málaga y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) han profundizado en el papel que desempeña el azúcar en sangre en los pacientes Covid-19. El estudio, publicado en la revista científica ‘Annals of Medicine’, lleva a cabo un análisis de muestras de 11.313 pacientes que sufrieron la enfermedad durante la primera ola de la pandemia. Este clúster de pacientes ha sido dividido en tres grupos en función del grado de concentración de glucosa libre en sangre en el momento de su alta hospitalaria.

Tras el análisis de los datos, el equipo investigador identificó que la tasa de mortalidad se elevó hasta un 41,1% en los pacientes con hiperglucemia, es decir, en aquellos con más de 180 mg/dl. En contraposición, en los que tenían mucho menos azúcar en sangre, en el primer grupo, la mortalidad fue casi tres veces inferior, en torno a un 15%.

Estos resultados han sido posibles gracias al Registro Clínico SEMI-Covid-19, del que dispone la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), y  que cuenta con datos de pacientes de 200 hospitales del país. Otra de las conclusiones del estudio es la comprobación de que la hiperglucemia supone un factor clave de riesgo, independientemente de la convivencia o no con otras enfermedades, así como en distintas franjas de edad del paciente, entre otros. La hiperglucemia tiene efectos negativos en la evolución de la enfermedad y favorece el incremento de la tasa de mortalidad en todo tipo de pacientes.

El artículo profundiza en las causas que relacionan el empeoramiento de los enfermos de Covid-19 con altas tasas de glucemia. Los expertos han observado que el páncreas, al ser el órgano que procude la insulina, facilita que el virus se estanque en sus células y las infecte.

Otra de las causas radica en la convivencia de la Covid-19 con otras infecciones virales, así como en otras patologías que hacen disparar la presencia de azúcar en sangre de manera puntual.

Además, según señala el jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Regional de Málaga e investigador responsable de grupo en IBIMA, “el propio virus genera un estrés que hace que el organismo se asegure disponer de reservas de energía incrementando este nivel de azúcar en sangre, algo contraprocudente en caso de que la persona se infecte por la Covid-19.”

Además, el propio Gómez Huelgas, quien además es presidente de la SEMI, ha reconocido que este hecho se incrementa en pacientes que son diabéticos porque parten en una clara situación de empeoramiento de partida al disponer de entrada de niveles altos de azúcar en sangre, que se suman a los que el propio organismo llega a generar.

Por último, el responsable de la Unidad de Medicina Interna del Hospital Regional de Málaga indica que este estudio “es clave para que los profesionales sanitarios puedan monitorizar con especial énfasis este indicador desde el momento del ingreso en pacientes con COVID-19 para tomar decisiones con mayor anticipación, independientemente de que sea o no un paciente diabético”.

Participan otros hospitales andaluces como el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, donde desarrolla su actividad el autor principal de este estudio, en el servicio de Medicina Interna, Javier Carrasco; y el Hospital Reina Sofía de Córdoba junto al Instituto Maimónides de Investigación de Córdoba (IMIBIC), además de otros centros a nivel nacional.

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