(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga) Partiendo de la premisa que indica claramente que las máquinas constituyen una ayuda y colaboración con los seres humanos, podemos decir que esta premisa no se está cumpliendo hace ya muchos años y aún menos en estos duros tiempos del coronavirus.

Observamos como las empresas que más recursos artificiales usan y menos personas , están viendo sus cuentas bancarias subir como la espuma en estos momentos de pandemia.

Grandes compañías cuya organización fundamental está llevada por máquinas y ordenadores vía Internet , están logrando recaudaciones que baten los récords más inesperados.

La pregunta vital sería: ¿Están las máquinas e internet sustituyendo a los seres humanos en casi todos los ámbitos de la vida tal y como la conocíamos?

La respuesta a esta trascendental pregunta parece ser positiva.

En cuestión de 25 años la revolución tecnológica ha sido más importante que en el resto de la historia mundial.

Hemos pasado de teléfonos fijos anticuados a móviles con la potencia de grandes ordenadores, de televisores en blanco y negro con enormes estructuras a televisores con pantallas planas y con una imagen totalmente nítida, de sacar el dinero del banco de un señor que nos lo daba con una cartilla a sacarlo e ingresarlo en aparatos que cada vez son más sofisticados.

En países altamente tecnificados como Japón , en muchos restaurantes ya no existen los camareros porque son cintas automáticas que ofrecen a los clientes la comida que deseen elegir, hay robots muy avanzados que realizan tareas domésticas y que incluso pueden dirigir el tráfico o sacar un perro a pasear.

También nos encontramos con unos niveles de deshumanización y de falta de relaciones interpersonales y comunicación, que existen locales en los que la gente va a acariciar gatos para sentir algún calor que no sea artificial.

La natalidad ha bajado y bajará aún más debido a la carencia de relaciones de pareja sólidas y falta de compromiso, sustituyendo incluso la vida sexual por relaciones a través de ordenadores y haciendo cada vez más de sus vidas una burbuja infranqueable en la que los compañeros más fieles son los móviles, las tablets y los portátiles.

Dadas estás circunstancias en pocos años es predecible que muchos empleos hayan sido sustituidos por aparatos que hace 25 años eran impensables para cualquier mortal, a consecuencia de todo lo anteriormente expuesto el desempleo aumentará increíblemente, pues habrá muchísimos trabajos que no existan por no hablar del transporte con la creación cada vez más perfecta de los automóviles y autobuses dirigidos por una computadora sin necesidad de un conductor o las gasolineras en las que no hay personas y son de autoservicio.

Estos son solamente algunos de los ejemplos con los que ya nos encontramos y otros muchos los veremos de aquí a pocos años en un futuro realmente cercano.

Por consiguiente debemos pensar que sino consideramos a las máquinas como un complemento para los habitantes de nuestro planeta,

el mundo como lo conocemos tenderá a transformarse de un modo totalmente deshumanizado o a extinguirse por falta de fuentes de ingresos para una parte mayoritaria de la población mundial.

Confío y tengo la esperanza de que la humanidad reaccione antes de que sea demasiado tarde y ya sobremos en la tierra pues no seamos más que una carga que no es rentable para los intereses de los más poderosos.

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