(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga) Muchas veces como persona y como profesor que educa a otros seres humanos para su futuro en el mundo, pienso en las personas que viven y duermen en las calles, cada una de ellas por una razón diferente pero seguro que ninguna por gusto.

Creo sincera y honestamente que esta situación se acabaría con un pequeño esfuerzo de solidaridad de los que más tienen en el mundo ,de hecho hay una cifra que me ronda constantemente en por el cerebro ,con el uno por ciento de donación de las grandes fortunas y de los gobiernos más poderosos ,nadie dormiría en la calle , ni pasaría frío, ni hambre nunca más en la historia y realmente ¿cuál es la razón de que esto no se produzca? Desde mi perspectiva es debido a la ausencia de solidaridad por parte de todas estas personas extremadamente ricas y de los gobiernos más poderosos del mundo que no reaccionan ante este asunto de tan vital relevancia.

Vayamos a las causas por las que alguien duerme en la calle , pasa frío y tiene hambre,  pueden ser de muy diversa índole: un despido en el trabajo, un mal divorcio, un desastre familiar, la perdida de cordura mental por alguna enfermedad psíquica, la repentina ruina de una empresa o comercio familiar, el fallecimiento de la persona que lleva el sustento al hogar, estas  razones en «los países desarrollados» y en el tercer mundo simplemente porque para la mayoría es así, no hay recursos , no hay comida , hay epidemias , hay desempleo altísimo y muchísimas familias viven con nada.

Mi pregunta es : ¿Cómo podemos ayudar para que esto no siga pasando ?

Yo como profesor de instituto lo tengo muy claro:  educando a mis alumnos en los valores de solidaridad, tolerancia y total respeto por los más débiles y por los que no tienen nada.

La pobreza es un asunto intercultural afecta a personas de todo el planeta.

Por otro lado es un tema global, a todos nos puede ocurrir alguna vez en la vida de repente por cualquier circunstancia todo cambia de la noche a la mañana y nos podemos ver sin desearlo viviendo debajo de un puente o durmiendo en un cajero automático de una calle del centro de una ciudad ,nadie y repito nadie está libre de ello, sino que se lo digan a un empresario que conocí hace algunos años que su empresa con 300 empleados quebró con la crisis y repentinamente se vio sin nada con una mano delante y otra detrás.

Esta es la realidad que no queremos ver por egoísmo, pero en la educación la debemos tener como un deber absolutamente obligatorio.

Educar para ser solidarios , todos podemos hacer algo, dar una donación a una ONG, ir de voluntariado a ayudar a niños o personas sin recursos, ayudar a las personas alcohólicas o drogodependientes, concienciar a nuestros familiares y amigos etc..etc..etc …

Está en nuestras manos , hagámoslo, sino en nuestras consciencias siempre quedará colectivamente el recuerdo de todas esas personas necesitadas de pan, techo y amor, porque al final es todo una cuestión de amor al semejante y eso siempre está en la educación y en nuestras vidas, sino ponemos amor de verdad el mundo se convierte en frío, distante y no habitable.

Si ponemos amor y solidaridad el mundo será mejor , más cálido, más bueno y más humano en el amplio sentido de la palabra. No me quiero ni imaginar el desamparo y la desesperanza que tiene que producir el sentirse rechazado y en muchos casos repudiado por la sociedad e incluso por tu propia familia y sentir que sobras en este mundo y que no eres útil para nada ni nadie.

Nadie sobra en este mundo todos somos útiles y valemos para muchas cosas.

Me despido en este artículo con todo el cariño para los lectores y si alguna persona al leerlo se siente con ganas de ayudar y ser solidario con los más débiles mi cometido se habrá cumplido, un abrazo enorme.

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