(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga/Andalucía/España) Me encuentro en uno de los momentos más confusos de mis 52 años de vida y más de 30 años como profesor.
Repentinamente estalla una guerra en Europa y yo enseño justamente lo contrario la solidaridad, la paz, la tolerancia, la integración y la inclusión.
Me cuestiono mi propia tarea como docente.
¿Qué he estado haciendo tantos años ?
Educar para la paz, para el respeto a la diversidad, para la convivencia y de repente un señor con aires de grandeza que recuerda a pasados dictadores y genocidas se atreve a invadir un país soberano y democrático como es Ucrania.
La forma de invasión es muy parecida a lo que los antiguos dictadores hicieron en el pasado.
Se trata de una invasión totalmente cruenta , descabellada y salvaje.
Millones de personas escapando como pueden de sus casas, de sus vidas ,de su país para salvar sus vidas y las de sus familiares.
Soldados y voluntarios civiles defendiendo con sus propias vidas su país y a su gente.
¿Qué hemos hecho mal ?
Estamos ya en el siglo XXI una era de avances tecnológicos ,de educación y de cultura como no había existido jamás.
Quizá algunos no han aprendido de anteriores guerras.
¿Qué es la guerra?
Un sinsentido , un conflicto entre hermanos, amigos , hijos y padres.
La manera de perder la vida por los intereses de otros.
La injusta forma en la que muchos lo pierden todo y pocos ganan mucho más.
Algo que cualquier corazón no desea.
Quizá algunos no tienen sentimientos, no quieren a sus amigos, a sus hijos , a sus esposas , a sus hermanos.
¿Qué hay que hacer para que el hombre aprenda?
¿Exterminar el mundo entero?
¿Es eso lo que se pretende?
La educación no ha sido suficiente para mostrar a algunos que la guerra destruye al enemigo y a uno mismo porque esa huella , esa huella de terror nunca se borra, nunca se puede olvidar, nunca está justificada.
La ambición de algunos no es nunca una razón para asesinar a otros.
La sed de poder no tiene ninguna relación con la humanidad es simplemente de nuevo el egoísmo más radical y la irracionalidad más tremenda.
Deseo desde lo más profundo de mi alma que este conflicto se termine y que de una vez por toda el ser humano aprenda que la guerra es muy mala, muy fría, muy triste y muy devastadora para los cuerpos y para los corazones de tod@s.
Ojalá jamás vuelva a ocurrir nada igual en el mundo y ojalá que todas las guerras terminen ,no solo ésta, sino todas las que están activas hoy en día en una teóricamente sociedad avanzada.