(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga / España) Llevábamos ya muchos años de relativa paz en el viejo continente europeo, tras una devastadora primera guerra mundial y una cruenta y desalmada segunda guerra mundial vino la guerra de los Balcanes y ahora la gran guerra de Rusia contra Ucrania.

Los intereses imperialistas de un señor están haciendo temblar a las democracias más asentadas y maduras del mundo.

Ni Europa, ni Estados Unidos podían imaginar una guerra tan salvaje en Ucrania.

Y para colmo nos encontramos con la amenaza de pulsar el botón rojo del enorme arsenal nuclear que posee el gran país ruso.

No se respetan los derechos fundamentales de los civiles, se dispara indiscriminadamente a adultos , niños y ancianos indefensos tras haberse establecido un teórico corredor humanitario.

Se destruyen pueblos y ciudades , hogares e infraestructuras vitales para el funcionamiento de un país, se machaca la vida de muchísimas personas para siempre y se cuestiona la fortaleza de los valores democráticos.

Mi pregunta es la siguiente:
¿ Ha pillado por sorpresa a los gobernantes occidentales tal fatalidad?

¿Es que no se sabía que la guerra en Ucrania ya duraba 8 años?

¿Acaso se desconocía el enorme poderío militar y nuclear de una potencia tan poderosa?

Y las conclusiones de algunos gobernantes son tan inhumanas y desagradables para casi todos además de ser nfantiles y completamente irrisorias.
Apostemos todo a la diplomacia.

Quizá no son conscientes de que eso se ha hecho desde el inicio del conflicto y se sigue haciendo y no da resultados.

Quizá no ven las imágenes terribles de niños , ancianos y personas indefensas acribillados a balazos.

Las soluciones son difíciles, pero reconozcamos nuestra lenta capacidad de reacción y nuestro poco interés por la defensa de nuestras naciones.

Indudablemente lo primero es la paz y como docente siempre apuesto y apostaré por ella, pero cuando se llegan a estos extremos de sadismo y total falta de respeto por la vida, habrá que echar una mano siempre tratando de evitando un enfrentamiento nuclear.

Está claro que esta guerra nos está afectando y nos va a afectar a todos de diferentes maneras.

Subidas de precios de alimentos , de las fuentes de energía, transportes y por tanto casi todos los productos que consumimos.

Crisis internacional económica, inflación a niveles históricos , pero aparte de todo lo anterior , ésto supone un golpe en el corazón de muchas personas y un sentimiento de impotencia que parece ya generalizado en el mundo de occidente.

Los profesores educamos para la paz, pero también debemos educar para la cualidad de la resiliencia, de la fortaleza y de afrontar los momentos duros de la vida de nuestros alumnos y alumnas y no me cabe la menor duda de que este momento tras una pandemia tan nefasta ,es uno de los peores que vamos a vivir y por consiguiente es un momento para educar en el afrontamiento práctico y positivo de las situaciones difíciles en las vidas de los estudiantes de nuestros centros educativos.

La vida se compone de momentos buenos y malos y ésto es algo que desde mi punto de vista como docente y como padre, se debe enseñar en los colegios e institutos desde edades muy tempranas, para que luego las generaciones venideras tengan la suficiente valentía para enfrentarse a lo largo de sus vidas a situaciones complicadas y no piensen que la vida es algo muy sencillo y que todo les será dado sin el menor esfuerzo.

Print Friendly, PDF & Email