Los estudiantes de Quinto de Primaria de la institución académica de Alhaurín de la Torre han puesto en marcha una veintena de proyectos de emprendimiento creativo como parte de un proyecto constructivista de etapa que les ha llevado a aprender Lengua, Matemáticas, Ciencias, Idioma, Arte o Valores mientras se familiarizan con la cultura emprendedora, la economía circular y los fines solidarios de organizaciones de acción social malagueñas.

¿Se puede aprender Lengua, Matemáticas, Ciencias, Historia, Inglés e Idioma o Valores -asignaturas curriculares de etapa- mientras se desarrollan proyectos piloto de emprendimiento y Economía Circular y se fomenta el espíritu participativo y de trabajo en equipo a la vez que se colabora con una buena causa? La respuesta es si y la clave la tiene el equipo docente de Quinto de Primaria del Colegio El Pinar. Los profesores, en base a la metodología ABP que rige en el modelo pedagógico del centro -Aprendizaje Basado en Proyectos-, han planteado un constructivo desafío a sus más de 70 alumnos y alumnas con el que, además de iniciarles en temas clave del momento actual como ‘Cultura Emprendedora’, ‘Economía Circular’ y ‘Cooperación’, han podido trabajar los conocimientos de las asignaturas preceptivas de su itinerario académico.

Nada mejor que enfrentarse al reto de diseñar y poner en marcha una pequeña empresa piloto con sus líneas de producción, plan de gestión, estrategia comercial, plan de marketing y ventas o difusión de actividad en redes y canales de comunicación para aprender mecanismos de expresión oral adecuados al entorno en el que venderán, nociones de arte y diseño aplicadas a los trabajos de presentación de sus bocetos de empresa, cálculos y operaciones matemáticas, impacto de su actividad en el medio ambiente o posibles planes de internacionalización dirigidos a un público anglosajón para ejercitarse con el Ingles; por ejemplo. Todo un ejercicio de trabajo activo para aprender haciendo.

Toda esta envolvente es la que ha llevado a los estudiantes de Quinto Curso a organizarse en equipos de trabajo de acción cooperativa -ensayando una de las ‘soft skills’ más demandas en el momento- para ‘construir’ una veintena de firmas amateur para las que han tenido que lograr financiación externa con la que hacer frente a sus gastos de producción. Estas ‘microempresas’, con las que han vendido desde productos de bisutería fabricados por ellos mismos, hasta juguetes, pasando por galletas o bolsos y carteras, han permitido generar un pequeño superávit, en virtud de la buena voluntad de sus compradores, que ahora se transforma en unos cientos de euros -en concreto la nada despreciable cifra de 1.001 euros– que irán a parar la hucha solidaria de la Fundación Andrés Olivares, en pro de su labor incansable para mejorar la vida de los niños enfermos de cáncer.

“Me habéis sorprendido con vuestro ejemplo”

“Me ha encantado y he disfrutado muchísimo viendo las ideas que habéis puesto en marcha desde aquí; pero una de las cosas más espectaculares es que hayáis sido capaces de hacer posible el objetivo que nos guía en la Fundación, que es el de trabajar por los demás”, ha asegurado el propio Andrés Olivares, presidente de la ONG en las instalaciones de El Pinar, que ha visitado en compañía de Belén Gaspar, directora de la organización, para conocer de primera mano la singular iniciativa de emprendimiento de los jóvenes del colegio y agradecer su gesto al tomar la decisión de ceder sus beneficios a su organización de manera desinteresada. De la misma forma, aprovechó para hablar de la labor de la labor de la Fundación, al tiempo que presentó el próximo reto en el que están embarcados y para el que pidió colaboración. Se trata de lograr conformar la cadena de corazones más grande del mundo.

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