Salado hace un llamamiento a los municipios para que mejoren sus redes de suministro con los fondos incondicionados que les transfiere la institución provincial, 223 millones desde 2019, y advierte de que, en caso contrario, se impondrá el destino de los mismos

El diagnóstico, que cubre 800 kilómetros de tuberías de un total de 77 municipios, detecta que hay municipios con hasta 45 fugas y calcula que las pérdidas totales de los 51 pueblos analizados suma 7 hectómetros cúbicos al año

“De nada sirve construir nuevos pozos y depósitos o hacer trasvases si luego se pierde el agua por el camino”, subraya el presidente de la institución provincial

El estudio que lleva a cabo la Diputación de Málaga para analizar las redes de distribución de agua en municipios de la provincia menores de 20.000 habitantes ya arroja los primeros resultados. Ha concluido el diagnóstico en medio centenar de municipios y aporta datos muy preocupantes, ya que se han detectado importantes pérdidas de agua: unos 19.450 metros cúbicos diarios, lo que suponen siete hectómetros cúbicos al año. Esto supone que se pierde un volumen de agua equivalente al consumo anual de los 64 pueblos más pequeños de la provincia, que suman unos 90.000 habitantes.

El presidente de la Diputación de Málaga, Francisco Salado, ha presentado hoy un avance del diagnóstico que se realiza en 77 municipios menores de 20.000 habitantes de la provincia sobre sus redes de abastecimiento, que suman unos 800 kilómetros de tuberías, para la detección y localización de fugas de agua.

Salado ha explicado que el estudio, con un coste de casi un millón de euros, concluirá a finales de noviembre o primeros de diciembre y ha destacado que es clave no solo para reducir el gasto de agua, sino también para prevenir posibles fraudes que se puedan estar produciendo. “Sobre todo en un momento como el actual -ha añadido-, con una situación crítica en cuanto a nuestras reservas hídricas en los embalses de la provincia, ya que están al 36,53% de su capacidad. Y, lo que es peor, con las previsiones de un otoño que no será especialmente lluvioso, y que agrava la sequía y el déficit hídrico que arrastramos en los últimos años. Así que, ahora más que nunca, el agua se convierte en un bien muy preciado, también para nuestra economía, para los sectores agrícola, ganadero y turístico”.

Primeros resultados

Francisco Salado ha dado a conocer que los primeros resultados obtenidos en los 51 municipios en los que ya ha concluido el estudio reflejan un consumo de agua desproporcionado por las noches. En este sentido, siguiendo el método del caudal mínimo nocturno -el más utilizado para estimar las pérdidas que se producen durante las 24 horas del día-, los equipos de medición instalado en los pueblos han recogido consumos nocturnos muy significativos en la mayoría de los casos, que suponen más del 50% del agua regulada en los depósitos de almacenamiento.

“Esto indica claramente -ha asegurado- que se están produciendo pérdidas de agua en la red, aunque no todas achacables a fugas, ya que también puede haber tomas fraudulentas. En todo caso, se ha detectado un gran número de fugas en la mayor parte de los núcleos estudiados, llegando incluso en algunas localidades a 45 fugas en la red municipal”.

También se ha comprobado que, cuando se llevan a cabo reparaciones de las fugas, se aprecian descensos en los caudales mínimos nocturnos, lo que se traduce en ahorro de agua. Aunque, a veces, tras la reparación de fugas en determinadas zonas se producen nuevas averías o roturas en otras debido al mal estado de las redes en algunos puntos.

Con los registros obtenidos y analizados hasta la fecha, se han cuantificado unos caudales mínimos nocturnos de aproximadamente 19.450 metros cúbicos al día, lo que supone una cifra mensual de 583.500 metros cúbicos y de unos 7 hectómetros cúbicos al año. Es decir, que tras estudiar la situación de la red de 51 municipios, al año se pierden o defraudan siete hectómetros cúbicos.

“Con ese volumen de agua -ha apuntado Salado- se podría abastecer a la población de los 64 municipios más pequeños de la provincia, que suman unos 90.000 habitantes. Imagínense lo que es eso”.

Al margen de la gravedad del agua que se pierde, desde el punto de vista económico también la sangría es importante para los pueblos. Aplicando un coste medio de 0,5 euros el metro cúbico, derivado de los costes de extracción, potabilización, puesta en servicio, etcétera, se alcanzaría un importe de 9.720 euros diarios, lo que supone 3.547.800 euros al año. Es decir, que los municipios dejan de facturar tres millones y medio de euros por esa agua incontrolada por fugas o por tomas fraudulentas.

“Estos primeros resultados nos permiten extraer como conclusiones iniciales que son primordiales la erradicación de fugas en las redes municipales y el control de tomas fraudulentas en un futuro, a través de planes anuales, así como la reparación inmediata de averías, la renovación de redes en mal estado y la instalación de sistemas de control domiciliario con telelecturas”, ha detallado el presidente de la Diputación.

Llamamiento a los ayuntamientos

Francisco Salado ha indicado que para paliar el problema de la falta de agua potable en la provincia deben implicarse todas las administraciones y, al respecto, ha comentado que las obras hidráulicas y de mejora de la red de abastecimiento de agua potable deberían ser también una de las prioridades de los municipios.

Ha recordado que la Diputación de Málaga ha realizado un importante esfuerzo en la transferencia de fondos incondicionados a todas las entidades locales de la provincia, fondos que no tienen una finalidad concreta, sino que cada corporación es la que decide en qué gastar las cantidades que se le asignan, en función de sus prioridades.

Desde julio de 2019, se han inyectado a las arcas de los ayuntamientos de la provincia 207,1 millones de euros como fondos incondicionados, y en el pleno que se celebra hoy se aprueba, de forma inicial, la sexta fase del Plan de Asistencia Económica Municipal para distribuir otros 16 millones de euros también como fondos incondicionados. Así que, en total, en el actual mandato se han transferido 223 millones de euros.

“De nada sirve construir nuevos pozos, nuevos depósitos o hacer trasvases -ha precisado Salado-, si luego perdemos el agua por el camino. Es urgente que los ayuntamientos acometan las inversiones necesarias para mejorar sus redes de agua, para acabar con las fugas y con los fraudes. Y para ello han contado y cuentan con la ayuda de la Diputación de Málaga”.

En este sentido, Salado ha advertido de que, si los ayuntamientos no establecen como prioritarias las mejoras en sus redes de abastecimiento, se tendrá que imponer el destino final de los fondos que se transfieren a los consistorios.

Inversiones de la Diputación

Salado se ha referido a que, durante el actual mandato, la institución provincial ha invertido o va a invertir 32 millones de euros en obras hidráulicas. En este sentido, ha concretado que, desde julio de 2019 se han destinado 16,8 millones de euros a diferentes obras hidráulicas y de saneamiento. Del total, 10 millones se han dedicado a abastecimiento de agua y han permitido la mejora de las captaciones y las infraestructuras de potabilización; la construcción de nuevos depósitos de agua, en unos casos, o el aumento de su capacidad, en otros; y, sobre todo, la sustitución y modernización de las conducciones y redes de distribución con sistemas de control que alerten y eviten pérdidas o fugas.

Por ejemplo, el plan de infraestructuras hidráulicas ejecutado en la comarca de Antequera y zona norte, diseñado para 17 municipios supuso un desembolso global de 4,9 millones de euros. Entre otras actuaciones, se ha acabado con el problema que arrastraban durante cuatro años los vecinos de Fuente de Piedra, que no podían beber ni cocinar con el agua que salía por sus grifos. Y eso gracias a una planta potabilizadora, como la que también se ha hecho en Humilladero. Igualmente, se ha continuado mejorando la renovación de la conducción desde el manantial de Majavea hasta Campillos, imprescindible para evitar problemas de suministro en el municipio.

Paralelamente, a través de la Concertación, se ha posibilitado realizar distintas obras, por más de un millón de euros, para que los pueblos sustituyan las viejas tuberías. Y, a la vez, se trabaja para solventar el grave problema de agua en Valle de Abdalajís con captaciones para la puesta en funcionamiento de dos nuevos pozos. Y se financia un tercio del coste de un proyecto -cifrado en dos millones de euros- para paliar los frecuentes problemas de abastecimiento de agua que sufren tanto el núcleo poblacional de Casabermeja como los diseminados de ese municipio y de Almogía.

Y, a corto plazo, hay prevista una inversión de otros 15 millones de euros para nuevos proyectos de mejoras de infraestructuras hidráulicas en diversos puntos de la provincia.

“Sabemos que son necesarias inversiones que ayuden a paliar este problema y que nos permitan encarar el futuro con garantías. Y aquí, insisto, todas las administraciones tienen que realizar un esfuerzo similar al nuestro, porque la provincia de Málaga se está jugando mucho. La falta de agua no puede frenar nuestra economía ni nuestro desarrollo, de ahí que tengan que planificarse, sin más demora, las infraestructuras básicas tanto por parte del Gobierno central, y vuelvo a exigir el trasvase de Iznájar, como de la Junta de Andalucía, que está desarrollando afortunadamente la autovía del agua que conectará la cuenca occidental con la oriental”, ha concluido Francisco Salado.

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