‘Sabor a Málaga’ impulsa la candidatura del espeto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a través de la campaña ‘Espetacular’
La iniciativa se propone sumar adhesiones a la candidatura, que se presentará a finales de septiembre
‘Sabor a Málaga’, la marca creada por la Diputación para la promoción de la imagen y calidad de los productos agroalimentarios malagueños, impulsa la candidatura del espeto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad a través de la campaña ‘Espetacular’, una iniciativa puesta en marcha en colaboración con las asociaciones Marbella Activa y La Carta Malacitana para sumar adhesiones a esta candidatura que cuenta con el apoyo del Senado desde el pasado mes de febrero y que se presentará a finales de septiembre ante la Junta de Andalucía, institución competente para estudiar la candidatura que, de ser aprobada, se elevará al Ministerio de Cultura y posteriormente a la UNESCO.
Así lo ha dado a conocer hoy el diputado de Desarrollo Económico y Productivo, Jacobo Florido, junto al presidente de La Carta Malacitana, Antonio Carrillo, y Javier Lima, representante de la Asociación Marbella Activa.
El diputado ha explicado que la campaña pretende ser una imagen “nueva, fresca y veraniega” de ‘Sabor a Málaga’, que está promoviendo la adhesión de todas sus familias de productos malagueños a la candidatura del espeto. Candidatura que, según ha recordado Florido, partió de la asociación Marbella Activa, y que pronto contó con el apoyo de La Carta Malacitana.
“La Diputación fue el primer organismo al que nos dirigimos cuando nos dimos cuenta de que el espeto de sardinas reunía las condiciones para ser algún día patrimonio gastronómico”, ha explicado Javier Lima, que ha mostrado su agradecimiento al ente provincial por adherirse a la candidatura a través de una moción institucional aprobada en abril del pasado año. En el mismo sentido se ha expresado Antonio Carrillo, que ha subrayado que “es importante que el órgano provincial escenifique este apoyo porque seguro que va a arrastrar muchas más adhesiones”.
“Pretendemos que esta candidatura sea popular desde el punto de vista de que se implique toda la sociedad malagueña a nivel institucional, a nivel de colectivos sociales y de la ciudadanía en general”, ha añadido Carrillo, que ha explicado que, con este fin, está en marcha una campaña de recogida de firmas en la que se puede participar a través de las webs de Marbella Activa y La Carta Malacitana y de la plataforma change.org. También se van a repartir hojas de firmas en los chiringuitos del litoral y en las oficinas de turismo, ya que, según ha explicado Lima, para la UNESCO es “fundamental” que la comunidad arrope la candidatura y que se desarrollen actividades y acciones para salvaguardar este patrimonio.


Acciones como el Concurso de Espetos Costa del Sol, que celebró su cuarta edición el pasado fin de semana en La Carihuela y donde se recogieron centenares de firmas para la candidatura, según ha recordado Carrillo. “Esto quiere decir que está calando en la sociedad malagueña”, ha explicado el presidente de La Carta Malacitana, que ha asegurado que “eso es lo que la UNESCO valora más”, ya que “demuestra que es en beneficio de Málaga y de los malagueños”.
Pero la campaña no solo ha tenido repercusión entre la ciudadanía, sino que, tal y como ha explicado Lima, “hemos tenido una gran aceptación por parte de muchos sectores de la gastronomía, de los medios tanto provinciales como nacionales, e incluso algunos internacionales”. También las cofradías de pescadores, los empresarios hosteleros y algunos prestigiosos chefs malagueños apoyan la iniciativa.
Otras acciones desarrolladas por el apoyo de la Diputación son el concurso fotográfico ‘La moraga y el espeto de sardinas’, en el que se puede participar hasta el 20 de agosto a través de la web de Marbella Activa; el folleto divulgativo ‘El espeto de Málaga en 20 respuestas’, o el libro sobre el espeto que se editará próximamente y cuyo autor es el historiador Jesús Moreno, vicepresidente de La Carta Malacitana, que también ha estado presente en la presentación de hoy.
Con todas las acciones que ya están en marcha y con las que organicen durante el resto del verano, Javier Lima ha confiado en que “seremos capaces de, a finales de septiembre, sentarnos con los técnicos de la Dirección General de Bienes de la Junta de Andalucia y demostrarles que el espeto de sardinas es merecedor de llegar a las más altas cotas de reconocimiento que puede tener un patrimonio, en este caso, de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, un reconocimiento con el que ya cuentan tradiciones españolas como el flamenco, los Patios de Córdoba, las Fallas de Valencia, los ‘castells’ o el silbo gomero, entre otras.


Apoyo de la Diputación de Málaga al espeto y a los chiringuitos
El diputado ha recordado que la Diputación de Málaga ya reconoció en 2016 el papel que cumple en la gastronomía de la provincia un producto tan típicamente malagueño como el espeto, un plato asociado a los pueblos con tradición marinera del litoral de Málaga e incluso a las costas de Granada y Cádiz, aunque se puede afirmar que es una técnica culinaria vernácula de Málaga, y se tiene constancia de que los merenderos malagueños ya ofrecían espetos de forma comercial desde 1882, aunque desde mucho antes las familias de pescadores malagueños ya cocinaban espetos, que eran el eje central de las tradicionales ‘moragas’, fiestas veraniegas que se celebraran en la playa en torno a un fuego en el que se asaban las sardinas.
Para reconocer el papel de esta tradición culinaria y también el de los chiringuitos, la marca promocional de la Diputación ‘Sabor a Málaga’ otorgó en 2016 su sello distintivo a la Asociación de Empresarios de Playa de Málaga y a los 326 chiringuitos del litoral.
Además, en su apuesta por la conservación de las tradiciones malagueñas, por la formación y por el empleo, la Diputación ofreció talleres formativos en el oficio de espetero, una profesión de las más tradicionales de la Costa del Sol. La idea respondía a la necesidad de los empresarios de contar con personal cualificado para desempeñar en los chiringuitos una labor que requiere de un aprendizaje que no se ofrece en las aulas. En los cursos participaron un centenar de alumnos que, tras aprender el oficio de espetar pescado, pudieron incorporarse a los chiringuitos de la costa para seguir manteniendo viva esta tradición y ofrecer a los malagueños y a los miles de turistas que cada año visitan la provincia lo mejor de la cocina malagueña.

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