(Antonio Serrano Santos) Al cabo de setenta años, sale a publicidad esta noticia.¿ Por qué no salió antes? ¿Por qué no se puso remedio? Ahí está la culpa de algunos responsables de la Iglesia. Ha sido durante largos años; setenta. Aunque se dan todavía, algunos casos actuales. Y si es escandaloso el número de casos, sólo un solo caso sería suficiente escándalo en la Iglesia. Sea como sea, no son excusables. Ni prescribe tanto horror. Y ya han sido condenados, civil y eclesiásticamente;expulsados, curas, obispos y algunos cardenales, que ocultaron los hechos por falsa vergüenza y temor al desprestigio. Y ahora ha sido peor, al descubrirse, ya tardiamente, cuando el daño es irreparable. Se ha indemnizado a las víctimas, pedido perdón muchas veces; creadas comisiones para investigar y prevenir esos casos. No parece que ninguna otra institución, ni religiosa ni civil, haya hecho igual.La reacción de los Papas, algo tardía, por la poca información que recibían y el ocultamiento de los hechos,ha sido ejemplar, radical, rotunda, una vez totalmente descubierto el caso. Este Papa ha recibido, abrazado, pedido perdón a las víctimas; ha creado comisiones de investigación, prevención de casos, laicos de vigilancia de obispos…
Trescientos casos a lo largo de setenta años, más los que no son de Pensilvania ,no son un número muy elevado, aunque mayor en escándalo, comparados con los innumerables casos que se dan en otras agrupaciones religiosas y civiles; pero, increíblemente, no llegan a ser de tanta publicidad y crítica. La misma ley musulmana, por poner un ejemplo entre otros, reconoce legal el matrimonio de adultos, ancianos, especialmente, con niñas menores; es una forma de pederastia legal y obligan a casarse a la violada, sea menor o no, con su violador. Y esto, durante siglos, no años. Y aún sigue vigente, sin que apenas nadie reclame el cumplimieto de los derechos humanos. Dicho esto respetando la religión musulmana como tal, en lo moderado, que no en lo radical, que no esas costumbres, como no respetamos esas costumbres o actos “ criminales”, no sólo pecados, de los pederastas eclesiásticos; como dice este Papa, inmensamente dolorido y avergonzado.
En la sociedad civil, en España, en especial,se dan casi a diario, numerosos casos de pederastas, por internet y en organizaciones especializadas, abusos sexuales con niños y niñas, hasta con bebés, comercio, prostitución y pornografía infantil,por internet y personalmente, con participantes de todas las clases sociales y no sólo casos aislados. Lo estamos viendo en la televisión con frecuencia. Esto no excusa para no condenar lo de los curas pedófilos. Pero a ellos, por su calidad religiosa y social, se les exige más. Como se les exige más a los abogados, médicos, profesores, políticos, implicados en estos casos.
Cuando saltan estas noticias, en seguida se generaliza, bueno, los que no están informados bien, ni conocen por la fe o la cultura, todo el entramado que rodea a esta historia. No hablo de malicia, que ése es otro aspecto en el que generaliza, sin más. Cuando vemos a un médico, o abogado, o profesor que se portan mal en su trabajo, sobre todo si nos toca a nosotros, personalmente, se suele decir, movidos más por la indignación que por la lógica: “¡ Todos son iguales!” Y así se aplica, no sólo con injusticia, sino sin lógica,a los sacerdotes y religiosos. Y no es así. Estos casos, a muchos se les olvida compararlos con los miles, millones, a lo largo de la historia, de sacerdotes y religiosos y religiosas, que no sólo han protegido niños, los han educado, los han salvado de ser niños soldados, como hacen los salesianos, y hacía la Madre Teresa y siguen sus Misioneras de la Caridad, del abandono, de la venta como esclavos, de la prostitución, del hambre y de las guerras, de las enfermedades, en países de misión, como Africa, América, y en la misma España, sino que han llegado a vivir como ellos y morir con ellos, sin abandonarlos por las guerras, los asaltos de Boko Haram, y demás tribus, mientras huían otros muchos. Y así , hasta hoy.
La Iglesia, que somos los más de mil quinientos millones, no sólo el Papa, los obispos y sacerdotes, está siempre acosada y perseguida de enemigos de dentro y de fuera, y si los enemigos de dentro, como este caso, no han podido destruirla, los de fuera, mucho menos. “…y los poderes del infierno no podrán contra ella”,afirmó Jesús. Formada por hombres, y mujeres, es pecadora, porque todo ser humano es débil y peca aunque se supere con dificultad, pero también es santa por los santos que hay en ella, y por sus medios espirituales puestos por el mismo Jesús, sobre todo, el sacramento del perdón, porque sabía El que somos pecadores y ya dijo: “ No he venido por los justos, sino por los pecadores”. Casos como éstos justifican la existencia del infierno, al menos para la fe, para los que no hay perdón supuesto que no haya arrepentimiento, sino reincidencia. “ Al que “escandaliza” a un niño de éstos, más le valiera que le ataran una piedra de molino al cuello y lo arrojaran al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! “. “ Y abrazaba a los niños, imponiéndoles las manos, bendiciéndoles. Mirad que sus ángeles están en la presencia de Dios. Y si no os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”. Una madre que veía esto, exclamó: “¡ Bendito sea el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron!”.( En castellano: ¡ Bendita sea la madre que te parió!). Dios es misericordioso pero también es justo y en estos casos los culpables, ellos mismos, se buscan el infierno, castigo más justo que el que la justicia humana les puede aplicar. Dios no condena porque es amor misericordioso, ellos se condenan al pervertir el amor , sobre todo, con los niños.

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