(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de Málaga) A veces en el transcurso de unos acontecimientos tan inesperados e inverosímiles como los que estamos viviendo durante esta pandemia , me quedo parado y frío a la vez ante las dos realidades y actitudes mentales que desarrollan diferentes personas o grupos de personas en el mismo espacio temporal.

Por un lado nos encontramos con las extremadas dificultades y la multitud de normas de seguridad que se ven obligados a cumplir escrupulosamente los sanitarios en hospitales y centros de salud, el profesorado en las escuelas, institutos y universidades, el personal de limpieza en sus turnos, los policías durante su servicio y otros muchos profesionales y ciudadanos cívicos y conscientes de la situación tan delicada y complicada por la que estamos pasando.

Y sin embargo aquí es donde entro a hablar del título de mi artículo , La apatía por la empatía hacia los demás seres humanos que en este mismo momento demuestran aquellas personas que hacen botellón sin respetar ninguna medida de seguridad en absoluto o aquellas personas que creen que el covid- 19 no existe y piensan que se pueden acercar a cualquiera sin tomar ninguna medida de protección hacia si mismo y hacia los demás o incluso y más grave aún , aquellos que quedan en las redes para contagiar deliberadamente a otras personas que no les han hecho nada y que a lo mejor ni les conocen, se han llegado a ver episodios tan dantescos y a la vez graves como señores o señoras que se han dedicado a escupir a otros para ver si les contagiaban.

Mi pregunta es después de un millón de muertos de muchas familias rotas de dolor y de miles de personas con secuelas económicas ,psicológicas y personales para largo tiempo

¿Cómo es posible que haya dos realidades tan bipolares y distanciadas la una de la otra si vivimos en el mismo país ?

Quizá sea lo de siempre que hasta que no le toca a uno no escarmienta o el dicho antiguo pero muy sabio » Nadie escarmienta en cabeza ajena».

Aquí el problema es que no es sólo la cabeza la que nos jugamos, es la vida , la nuestra y la de muchos seres humanos y muchos de ellos queridos y cercanos.

Por favor cultivemos la prudencia, la conciencia común y el amor al prójimo como a uno mismo, sino vamos por un camino que no tiene vuelta atrás ni tampoco ninguna buena pinta.

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