(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de Instituto de Málaga) Estamos actualmente asistiendo al desmantelamiento y hundimiento progresivo y masivo de los pequeños comercios de  ciudades y pueblos, en los barrios e incluso en los centros neurálgicos de las grandes metrópolis.

La razón de todo ello incuestionablemente ha sido por un lado la pandemia del coronavirus y por otro lado las inmensas campañas millonarias de publicidad realizadas por los grandes gigantes de internet.

El otro día me quedé totalmente alucinado viendo en televisión como uno de estos gigantes de la red ganaba en solo 25 minutos 1.5 millones de euros aproximadamente y a la vez se estaban arruinando en esos 25 minutos decenas de pequeños negocios de nuestro país.

Me da una sensación de pena, nostalgia e impotencia a la vez.

Siempre me ha gustado comprar en las tiendas de mi barrio soy un chico de barrio.

En mi barrio estaban el carnicero, la charcutera, el panadero, la confitera, la señora de la droguería, el ferretero etc etc …

Los conocía a todos y todas desde pequeño y mi madre y mi abuela me mandaban a hacer recados a esos comercios en los que sabías quienes eran y te llamaban por tu nombre te sentías integrado y ellos te respondían y te sacaban a veces de algunos problemas dándote ideas de donde comprar cosas que necesitabas si ellos no las tenían.

Era un trato amigable, cordial y entrañable y eran personas dedicadas a sus negocios y a sus clientes.

Es una verdadera lástima que estos comercios se pierdan y que muchos no tengan otro futuro laboral y por lo tanto yo animo a todos y todas a seguir comprando en los pequeños comercios, a ir de tapas a los bares y restaurantes de nuestra zona y a estimular la vida de estas personas muchas veces tan queridas , son parte de nuestras vidas y de nuestra cultura mediterránea , aquellas tiendas de ultramarinos en las que de todo había , ¡ Qué nostalgia!, ayudemos a que no se hundan seamos comprensivos y a la vez solidarios con ellos que tanto nos han dado.

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