Margarita Bokusu Mina

(Margarita Bokusu Mina) Son más de las ocho de la tarde y a las once me acuesto. Es el día de mis padres y mi hermano, así como el de los animales.

Hace unas horas veo que tengo una nueva seguidora en Instagram, es una editorial que organiza un concurso al que decido presentarme con estas letras.

En navidades tengo un par de semanas de vacaciones y pienso ir unos días a pasarlas con mi familia, si lo de la pandemia no empeora. No sé si, por fin, me encontraré con un posible amor.

La historia del amor es la siguiente: esta primavera alguien compartió en Facebook un vídeo que homenajeaba a mi tercera pareja, a mi amor más grande hasta ahora, que falleció en 2011. Di las gracias y uno de los creadores se puso en contacto conmigo un tanto emocionado por dar con la última mujer de este ser extraordinario al que admiraba profundamente. Terminamos esa primera conversación pensando en conocernos personalmente cuando todo esto del virus pasara. Estamos a una hora en coche, pero en ese momento estábamos confinados.

La segunda conversación se dio al mes. Debía ser junio. Me envió otro vídeo que yo conocía y dijo que no podía venir porque tenía mucho trabajo.

En julio no tenía dinero para visitarme, pero me dio a conocer un grafiti que también homenajeaba a mi amor, recién hecho en mi ciudad, Málaga, por una causa solidaria.

Ya ves, era él quien se ponía en contacto y yo la que lo invitaba. Esta tercera negativa me hizo sentir como una pesada, desesperada o que lo ponía en un compromiso, así que decidí no volver a preguntarle por cuándo nos conoceríamos en persona. Nos grabamos mensajes de voz por Whatsapp, pero ni siquiera hemos hecho una videoconferencia.

A mediados de agosto él tenía vacaciones. Yo ya llevaba mes y medio disfrutando del verano a pesar de los pesares, quiero decir a pesar de que había decidido no coger el coche para ir a las playas de Bolonia, Tarifa… por si las cerraban por superar el aforo permitido. Quería venir, ahora sí, a mí me quedaban dos semanas para volver al instituto. Ahora la que dijo que tenía miedo de la Covid era yo. Y en esas estamos. Que si cansancio por el trabajo, que si miedo al contagio… Los dos estamos bien solos, aunque nos damos el toque cada mes aproximadamente.

Risas.

Print Friendly, PDF & Email