(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de Instituto de Málaga) Nunca más que ahora veo tan clara y necesaria la afirmación de que hay que educar para construir.

En unos momentos tan duros y especialmente difíciles como los actuales  se observa más que nunca la necesidad de Educar a las generaciones venideras para construir un mundo mejor y para construirse ellos mismos.

Es muy curioso y a la vez alarmante el hecho de  que prácticamente  el único habitante de este planeta que es capaz de destruir a sus seres queridos y a si mismo sea el ser humano.

Gran cantidad de titulares de periódicos y noticias en todos los medios de comunicación relatan acontecimientos estremecedores que los humanos comenten en contra de sus propios seres queridos e incluso en contra de si mismos.

Llama muchísimo la atención que las personas más cercanas puedan en ocasiones convertirse en el mayor enemigo de uno mismo y también es muy peculiar que uno mismo pueda ser a veces su peor aliado.

Sería cuestión de estudio y análisis por múltiples tesis doctorales ese instinto destructivo y autodestructivo que se apodera de las personas y les lleva a cometer actos algunas veces más increíbles que los de nuestras peores pesadillas o películas de terror más famosas. Aunque ya hay estudios sobre el tema es un asunto que se debe seguir investigando.

Teniendo en cuenta ese instinto tan maligno que toma el mando de la personalidad de muchos seres humanos, mi conclusión es muy clara la educación puede y debe prevenir estos comportamientos tan poco propios de seres inteligentes y con conciencia.

¿De qué manera se hace en nuestras escuelas? Pues en estos momentos tenemos la Educación en valores y dentro de ella se encuentra enmarcada  la Educación para la Paz y la no violencia.

La forma  en la que esta educación transversal contribuye a generar que los estudiantes sean ciudadanos más pacíficos, solidarios y tolerantes es muy relevante, pero siguen ocurriendo en nuestra sociedad actos que reflejan que el ser humano saca lo peor de si en ciertos momentos, por lo tanto en mi opinión como docente, es vital reforzar esta Educación para la paz y la no violencia y hacerlo de un modo que tenga una especial  prioridad en todos los planes educativos de las naciones del mundo ,dado que siguen pasando  eventos que pueden llegar a ser inenarrables y ocurren en todas los estamentos de nuestra sociedad sin tener nada que ver la procedencia, creencia , color de la piel o contexto social en el que se viva.

Por consiguiente, la  Educación para construir  es fundamental pues contrarresta uno de las tendencias que desafortunadamente el ser humano posee y es esa elección de destruir y autodestruirse.

Desde mi punto de vista la Educación para construir y la Educación para la paz van de la mano, son trascendentales para la evolución y desarrollo de las personas desde edades muy tempranas y pueden prevenir acontecimientos que muchos quieren borrar de sus mentes y desear que nunca hayan ocurrido.

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