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El Sacerdocio femenino y El Celibato opcional

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(Antonio Serrano Santos) Si la mujer es ordenada sacerdote, tiene derecho al celibato opcional, a ser obispo, cardenal y Papa. Y todos los católicos debemos aceptarlo, si así lo decide el próximo año, el Papa con los obispos después de estudiar los resultados de las encuestas sinodales de toda la Iglesia, del clero y de los laicos.

Pero hay que tener en cuenta lo que advirtió San Pablo VI: “ El humo de satanás ha entrado en la Iglesia”.

El humo, en la guerra, es un tipo de arma astuta que, al extenderse y penetrar en el campo de combate, impide distinguir al enemigo camuflado que asalta por sorpresa.

Esta es la comparación que usó el Papa para advertir la nueva estrategia del enemigo eterno de los hombres, y de la Iglesia, sobre todo. Los santos siempre han tenido una visión profética y acertada de los sucesos de la Historia. Podría citar bastantes ejemplos, pero me voy a limitar a unos pocos. Don Bosco soñó, y lo contó, que muchos de sus sacerdotes, salesianos, llegarían como misioneros a gran parte del mundo, empezando por Suramérica. Y así es. Cuando solo le acompañaban unos poquísimos sacerdotes. «Vivimos signos apocalípticos” ( San Juan Pablo II). Solo con ver las noticias de guerras, pandemias, armas nucleares a punto, las tres cuartas partes de la Humanidad pobre y hambrienta, los extraños fenómenos climáticos nunca vistos, el aumento de crímenes, incendios, terremotos, inundaciones en todo el planeta, la segunda guerra mundial y la que parece será la tercera.. son señales más que suficientes para llamar a esto signos apocalípticos.

Puede que esto pase y sea una predicción exageradamente catastrofista. Pero el mundo, la sociedad política, social, económica, familiar, y hasta religiosa, están tan trastornadas como  el ambiente y los hechos que vemos y vivimos actualmente. De ahí que, en este ambiente desquiciado, las opiniones, los deseos, el pensamiento, las ideologías, las costumbres, también se estén trastornando y quieran  imponerse contra toda lógica, razón e historia.

La Iglesia misma también está expuesta a ese peligro. El humo de Satanás ha entrado, es decir, los criterios mundanos y puramente humanos. Y la confusión que reina no deja ver con claridad el peligro. Muchas opiniones y deseos de laicos y clero son más de carácter mundano que cristiano, basados más en los criterios mundanos que en los evangélicos y la Tradición Sagrada. La llamada “ ideología de género” y la defensa de la igualdad de la mujer con el hombre, según algunos, se fundamentan en criterios puramente humanos sin tener en cuenta los valores evangélicos, verdaderamente cristianos, ni las decisiones de Jesús que dan un valor sobrenatural, no puramente humano, a esa igualdad pretendida, que muchas veces no deja de ser justa, pero teniendo en cuenta lo que Jesús dijo e hizo. Y la intención de imponer esos criterios con cierta violencia y actitud crítica más destructiva que constructiva, sobre todo en los poco creyentes, sin fe, y algunos con fe, hasta clérigos, rompe la paz necesaria y la unidad de fe y el respeto  al Magisterio de la Iglesia.

Ya advirtió Jesús: “ El mundo os odia porque no sois del mundo, como Yo no soy del mundo. “ “ La paz os dejo, no como la da el mundo os la doy Yo”. En el último mensaje del Concilio Vaticano II, dirigiéndose a los jóvenes, dice: “ Es a vosotros, jóvenes de uno y otro sexo del mundo entero, a quienes el Concilio dirige su último mensaje. Porque sois vosotros los que vais a recibir la antorcha de manos de vuestros mayores y a vivir en el mundo “en el momento de las más gigantescas transformaciones de su historia”. La Iglesia está preocupada porque esa  Iglesia que vais a constituir respete la dignidad, la libertad, el derecho de las personas, y esas personas son las vuestras. Está preocupada, sobre todo, porque esa sociedad deje expandirse su tesoro antiguo y siempre nuevo: la fe….Confía en que encontraréis tal fuerza y tal gozo que no estaréis tentados, como algunos de vuestros mayores, de ceder a la seducción de las filosofías del egoísmo o del placer, o a las de la desesperanza y de la nada, que, frente al ateísmo, fenómeno de cansancio y de vejez, sabréis afirmar vuestra fe en la vida y en lo que da sentido a la vida: la certeza de la existencia de un Dios justo y bueno.”

Hoy, hasta en los movimientos y encuestas sinodales, de laicos y algunos obispos, pretenden muchos, prácticamente, imponer, más que exponer, el sacerdocio femenino y el celibato opcional eclesiástico. Olvidan algo tan evangélico y real como es la decisión del mismo Jesús de elegir los que Él quiso y lo que Él quiso. Y los que quiso y las que no quiso elegir. Prácticamente, desautorizar a Jesús, no ya a la Iglesia solo. La unidad de fe y moral es lo que mantiene unida a la Iglesia, como en este caso del celibato opcional y el sacerdocio femenino. Y así se explica la continua división, cada vez mayor, de las iglesias no católicas con mujeres ““obispos”, o sacerdotisas, sacerdotes y obispos casados en general. Y la explicación de la vuelta a la Iglesia Católica de parroquias anglicanas enteras con su cura y obispos .

Porque Jesús, Dios, eligió a hombres y no mujeres. Y no fue por machismo ni menosprecio a la mujer, ya que la persona más importante de la Historia y de la religión es una MUJER: María de Nazaret. Si Él eligió solo a mujeres ¿ quién se cree con derecho de cambiar lo que él eligió? Ser sacerdote no es un derecho, ni del hombre ni de la mujer; es un don. (San Juan Pablo II, en respuesta a unas monjas en EEUU que le preguntaron por qué la mujer no tenía derecho a ser sacerdote). No es una simple imposición de la Iglesia, es el deber de ella de no cambiar, no puede, lo que Jesús decidió. De este modo se dan casos, como el que presencié en una reunión curas, jóvenes la mayoría, en que uno de ellos dijo: “ ¿ Por qué en las misiones, en vez del pan y el vino, no se usa un plátano y una cocacola?” O en Madrid, rosquillas en vez de obleas; no sé si ácimos o no. Entonces,¿ habrá que exigirle a Jesús, Dios, que nos explique por qué no eligió a mujeres? Y, de paso, exigirle que nos explique tantas cosas que ocurren en el mundo y la Historia males que no comprendemos. Y, ya, para acabar, si acusamos a Dios de los males que permite, y, a veces, dicen algunos que quiere, hacemos de Dios un Dios malo y entonces caemos en la contradicción de un Dios, que tiene que ser esencialmente bueno, en un Dios malo. Y así, deja de existir. Y nos quedamos con los males sin Dios. Y si es un misterio, es preferible el misterio a la contradicción.

Con el celibato opcional se puede decir lo mismo. Tengamos en cuenta, para más adelante, las personas, medios y demás elementos que Jesús eligió y que nadie  puede ni debe cambiarlos, por iniciativa propia, en otros distintos, falseando el texto original donde Jesús hace la elección, tanto con respecto a las mujeres como de los hombres. Ni la misma Iglesia puede ni debe hacerlo.

Jesús dice, en el evangelio de San Mateo : “ Hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre; eunucos castrados por los hombres, y eunucos que se hacen a sí mismos por causa( amor) del Reino de los Cielos.” Luego ya en tiempos de Jesús existían personas que por amor, eran célibes, hombres y mujeres vírgenes, temporal o perpetuamente. Al hablar del Reino de los Cielos, Jesús se refiere al Reino de Dios en la tierra. “ El Reino de los Cielos dentro de vosotros está”, dijo. Aunque se refiere a la presencia de Dios en el hombre y en la vida social, comienzo de la Iglesia, que es el conjunto de los fieles cristianos, como ahora, que seguía a Jesús. En Pentecostés se hace “ oficial” y se empieza a extender la Iglesia por todo el mundo.

La palabra eunuco, en la tercera acepción, y las vírgenes, en el inicio de la Iglesia, da a entender claramente que vivían un celibato voluntario, sin que la Iglesia lo exigiera. Pero Jesús pone una condición para ser su discípulo: “ Si alguno no pospone a su padre, o a su madre, y hasta su vida por mi, no puede ser mi discípulo”. Al joven rico le dice que lo venda todo. Se lo dé a los pobres y le siga. Pudo ser realmente el decimotercero discípulo o apóstol. Por el evangelio sabemos que pedro estaba o estuvo casado. Pero no dice nada de su mejor, y sí mienta a la suegra, que después de curarla Jesús de su fiebre, se puso a servirle. Rarísimo. Porque lo normal es que les sirviera la mujer de Pedro. Como tampoco se dice nada en absoluto del estado civil de los demás apóstoles. Es un buen indicio el hecho de que siempre, de día y de noche, siempre estaban con él. Pedro, viendo lo del joven rico, le dijo: “ Nosotros, que lo hemos dejado todo para seguirte¿ qué tendremos?”.

Lógicamente, Jesús no pedía a todos lo mismo para ser su discípulo, : que lo dejaran todo. Sí parece lógico que se dirigiera a formar un grupo  “especial” o selección para enviarlos y les dio ese nombre: “ apóstoles” o “ enviados”, a los que eligió, uno por uno, por sus nombres propios, como los enumera el evangelista. Curioso que Jesús en sus conversaciones con ellos, sobre todo, en la última cena, los llama por sus nombres de un modo familiar y el evangelista los nombra en un ambiente familiar que no se ve en otras relaciones con los demás discípulos; solo con los apóstoles: ““Felipe, Tomás, Pedro o Simón, Judas( no el Iscariote). “ Felipe, ¿tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me habéis conocido?”.

Según esto, es lógico e histórico que la Iglesia siguiera el ejemplo, iniciativa y decisión de Jesús  y no cambiarlo por propia voluntad  o autoridad. Y, siguiendo su voluntad ,exige a los cristianos( católicos), no a todos, lo mismo; solo a los que quieren seguirle por “ causa( amor) del Reino de los cielos, dejándolo “ todo”, como los apóstoles, aceptando ser “ eunucos”, el celibato libre y voluntario. Los escándalos de la Edad Media y Alta con los obispos y clero amancebados, con hijos, concubinas…Convertidos los obispos en señores feudales, sin vocación, al ser destinados a la la Iglesia por los mismos señores feudales que daban el título de Hidalgos a los primogénitos y a los secundones un obispado.

El Papa Calixto II , en el siglo XI, 1123,convocó el Concilio primero de Letrán y el segundo de Letrán por Gragorio VII,en el 1,149, por temor a la “ degradación moral «del clero y acabó constituido,así, el celibato.

Parece, para algunos, que el problema principal para la vida sacerdotal es el celibato.” No es bueno que el hombre esté solo”, leemos en la biblia. Y “ creced y multiplicaos”. Este mandato es para la especie humana,; pero no para el individuo. Casarse u ordenarse no es una obligación ineludible. Es un acto libre; debe serlo. Y sigue siendo libre al aceptar la ordenación con celibato., como aceptar el matrimonio cristiano con las condiciones que pide la Iglesia” Si no acepto el celibato, no puedo ser cura”, dicen u opinan algunos. Es decir, que parece que valora más el celibato que ser sacerdote, como rechazar el matrimonio si tiene que aceptar la condición que le exigen de indisolubilidad. Pero, si en ambos casos no se cree capaz o simplemente, no quiere, se es libre de rechazar ambos estados.

“Ser o no ser”, habría que decir aquí. Ser sacerdote casado, que en casos concretos la misma Iglesia acepta, es una excepción. Ya no estamos en la Edad Media que dio lugar a los escándalos. Pero este Papa, respondió a los periodistas sobre el celibato: “ La puerta está abierta”, o sea, que se podía ver la posibilidad de eliminar el celibato. Pero añadió: “ Ahora no pensamos en eso”. Es decir, no es algo de necesidad urgente. El sacerdote, como “ eunuco”, según la tercera de serlo, es decir, por amor al Reino de los Cielos, renuncia, libre y voluntariamente, al matrimonio y acepta, por eso, el celibato como una liberación y no como una carga o cadena. Con un amor incondicional, total, a Dios, a Jesús, a quien pretende seguir e imitar, lo mejor posible, por la salvación de las almas.

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