Situado en el Hospital de Día Médico, la campana sonará como despedida de cada tratamiento oncológico

El Hospital de Antequera se ha sumado al proyecto “Campana de los Sueños” de Asociación Española Contra el Cáncer y cuenta desde hoy con una “campana de los sueños”. Situada en el Hospital de Día Médico, esta campana sonará como celebración de despedida cada vez que alguno de los pacientes con cáncer finalicen su tratamiento oncológico, haciéndolo junto al personal sanitario que los ha acompañado durante su proceso.

La campana ha sido presentada hoy en el Hospital de Antequera en un acto que ha contado con la presencia de la gerente del Área Sanitaria Norte de Málaga, Belén Jiménez, la presidenta de la Asociación Española Contra el Cáncer de Antequera, Susana Leruite y resto de profesionales que desempeñan su labor en el ámbito de abordaje del cáncer.

Durante la presentación, la gerente del Área Sanitaria Norte de Málaga ha expresado su satisfacción y ha explicado que “esta iniciativa forma parte de las acciones de humanización del hospital”. “Es importante que, además de los tratamientos médicos, el hospital sea un espacio que a la vez ofrezca y recoja consuelo y esperanza, y nada más esperanzador para los pacientes de oncología, y para los profesionales que trabajan a diario para que ello sea posible, que ver que es posible curarse”. En este sentido, Belén Jiménez ha dicho que espera “poder oír la campana a menudo”.

Durante el año 2022, entre los meses de enero a octubre, la consulta de Oncología Médica del Hospital de Antequera ha atendido un total de 1.001 consultas. Además, durante el mismo periodo, se han realizado un total de 1.161  tratamientos de quimioterapia e inmunoterapia antineoplásica en el Hospital de Día Médico.

 

Durante el tratamiento estos pacientes reciben, además de las sesiones de quimioterapia necesarias, tratamiento psicológico a cargo de la psicóloga de la Asociación Española contra el Cáncer, Pilar Torralvo.

Esta iniciativa se introdujo por primera vez en 1.996, en el Centro MD Anderson (Houston), cuando el almirante Irve Le Moyne, agradecido por haber finalizado su tratamiento de radioterapia, regaló la campana de bronce de su barco al centro hospitalario y se instaló en el campus principal. A partir de ese día los pacientes que querían celebrar una buena noticia o la finalización de su tratamiento, tocaban tres veces la campana.

A los hospitales españoles la iniciativa llegó de la mano de Miriam Segura, paciente de cáncer que conoció la campana en el Hospital Princess Margaret de Toronto,  y quiso que existiera una campana en todos los centros hospitalarios posibles, ya que aquellas campanadas expresaban la alegría, la energía y el triunfo por alcanzar el final de una etapa dura y difícil. Lamentablemente, Miriam no pudo ver cómo su sueño se hacía realidad, pero su madre ha continuado decidida a cumplir su deseo con la colaboración de la Asociación Española Contra el Cáncer.

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