(Por Eduardo Madroñal Pedraza) Feijóo ha dicho “la masacre de civiles debe parar en Gaza. Y los civiles palestinos no son terroristas”. No dijo genocidio, pero lo describió. Eso es bueno. Máxima lucidez sobre quién es el atacante. Máxima unidad para que nuestra lucha no sea un retroceso sino un avance. La presidenta María Guardiola, del Partido Popular declaró el Día de Extremadura: “Por responsabilidad alzo la voz ante la barbarie y el horror que se está viviendo en Gaza. Condeno el terrorismo y la violencia contra el pueblo gazatí”. Eso es bueno. Máxima lucidez, máxima unidad.

Un mundo turbulento nos golpea

Genocidio en Gaza. Drones en Polonia. Hay un hilo sangrante que une estos dos acontecimientos y que golpea a los pueblos del mundo. Ese hilo son los agresivos planes de la administración Trump que están detrás de cada uno de ellos en un intento por mantener la hegemonía yanqui y detener su ocaso imperial.

La superpotencia estadounidense ha lanzado un ataque ultra agresivo y violento. En las relaciones internacionales ya no hay socios, sólo vasallos; no hay acuerdos de mutuo beneficio sino sometimiento a los objetivos yanquis de imponer un rearme brutal, de desatar una guerra de aranceles y, especialmente, de demostrar un poder militar sin igual. Una línea de dictadura hegemonista mundial.

Al mismo tiempo que los drones rusos entraban en Polonia y los bombarderos israelíes en Qatar, en la ONU una abrumadora mayoría de 142 países votaba a favor de los dos Estados, Israel y Palestina. En Brasil, uno de los países fundadores de los BRICS, el expresidente Bolsonaro era condenado a 27 años de cárcel por su intento de golpe de Estado, pese a todos los intentos de Trump por impedirlo con amenazas e imposición de aranceles del 50%. Máxima lucidez, máxima unidad.

Luchas en España y en el mundo

Mientras el genocidio de Netanyahu cada vez se vuelve más sádico y sangriento, aviones israelíes penetraron en Qatar y bombardearon en Doha la delegación negociadora de Hamás, matando a cinco de sus miembros. Pero en los últimos meses asistimos a la mayor ola de movilizaciones multitudinarias contra el genocidio en Palestina, como los 350.000 de Londres y los 100.000 de La Haya. Y en España el movimiento popular contra el genocidio en Gaza ha dado un salto con la Vuelta ciclista como catalizador. Todo ello como resultado de un año de movilizaciones por todo el país en las que, entre otros, el movimiento ‘pararlaguerra.es, ni terrorismo ni genocidio’ hemos participado de manera modestamente destacada.

Putin, el amor oculto de Trump

Donald Trump ha escenificado de nuevo que Putin le ha “decepcionado”. Así son los amores apenas ocultados. Como puso de manifiesto la reunión de agosto en Alaska, Trump asumió las condiciones de Putin con la cesión de territorio ucranio para imponer una falsa paz y atraer a Putin a una alianza imperialista que siembre la división en los BRICS y debilite su relación con China. Esta es la auténtica estrategia trumpista, que no solo pretende repartirse Ucrania con el invasor, sino que utiliza la guerra para avasallar a Europa.

Y ante los drones rusos invadiendo Polonia, Trump ha minimizado el ataque y lo ha justificado con las palabras de Putin, “pudo haber sido un error”. Una intencionada reacción del presidente de Estados Unidos, cuando la opinión más generalizada es que Putin está poniendo a prueba a la OTAN, la unidad europea y a Polonia, amenazando con extender la guerra.

Cuando el río Yangtsé discurre por Berlín

De “aliados” a vasallos. Los blancos claros, esclavos negros. Trump pisotea a sus “aliados”. En realidad, Trump ha aprovechado para intimidar a todos los países de la OTAN exigiendo la mayor obediencia a su dominio mundial y más tributos en lo comercial. Ha condicionado la imposición de sanciones a Rusia a que todos los países de la Alianza dejen de comprar petróleo a Rusia (la mayor parte ya lo hacen); y a que impongan aranceles del 100% a China.

Nuestra lucidez y nuestra unidad

Nuestra máxima lucidez y nuestra máxima unidad es nuestro camino. Es el viento de la lucha de los países y pueblos del mundo. Un viento que, conquistando nuevas victorias, defendiendo su independencia y ganando cotas de autonomía, empuja un nuevo orden mundial y achica el espacio de dominio del hegemonismo. Es la lucidez, sobre la contradicción entre la dictadura hegemonista mundial ejecutada por Trump y la lucha de los países y los pueblos, la que nos permite construir la unidad ante los acontecimientos que mueven el mundo. Otro mundo es posible.

Eduardo Madroñal Pedraza