(Por Eduardo Madroñal Pedraza) “Los pastores a Belén/ casi, casi vuelan/ y es que de tanto correr/ no les quedan suelas.” Villancico Los pastores a Belén.

“Y un niño negro anuncie a los blancos del oro la llegada del reino de la espiga”. Oda a Walt Whitman, Federico García Lorca.

En Bruselas, el 18 de diciembre, más de 10.000 agricultores, 500 de ellos españoles, pertenecientes a 40 organizaciones agrarias de los distintos países de la Unión Europea (UE) se manifestaron, acompañados de centenas de tractores, contra los recortes anunciados de la Política Agraria Común (PAC) a partir de 2027. Que coincidiera con una cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE, ha ayudado al éxito en su impacto.

Se consiguió algo que anteriormente nunca había pasado. Que en la mañana del mismo día 18 la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen -junto con el presidente del Consejo Europeo-, se reunió con una delegación de la principal organización agraria europea, COPA-COGECA, e incluso por la tarde cuatro comisarios (especie de ministros de la Comisión Europea) también se reunieron con dicha delegación. Obviamente, ha sido un pequeño triunfo, pero la lucha continúa.

La España agraria frente a la Europa francoalemana

“Si se cargan la PAC, se tambalean los cimientos de Europa” sintetizaba el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato Triguero, durante la previa rueda de prensa en la que junto a Miguel Padilla Campoy (secretario general de COAG) y Cristóbal Cano Martín (secretario general de UPA) se anunciaba la participación en la manifestación en Bruselas. Aquí, en España, la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos se concentró al día siguiente frente a la sede de la Comisión Europea en Madrid.

Denuncian tres problemas clave. En primer lugar, el presupuesto, alertando de un recorte del 22% para el periodo 2028-2034, que sería aún mayor si se tiene en cuenta la inflación. En segundo lugar, el papel de Europa, recordando que la PAC es una de las pocas políticas verdaderamente comunes y que su debilitamiento pondría en riesgo el proyecto europeo. Y, por último, la realidad del campo, reclamando que no se legisle de espaldas a agricultores y ganaderos, y de los consumidores, porque la cesta de la compra se elevaría hasta 500 euros al año.

Organizaciones unitarias que sustentan las luchas

Alcanzar una movilización, como la desarrollada en Bruselas, es la punta del iceberg de luchas prolongadas y de organizaciones trabajando unitariamente. Así COPA-COGECA expresa el trabajo conjunto de COPA (Comité de Organizaciones Profesionales Agrarias), que representa a más de 23 millones de agricultores y sus familias de países miembros de la UE; y de COGECA (Confederación General de Cooperativas Agrarias), que representa los intereses de 22.000 cooperativas agrícolas europeas.

COPA y COGECA reúnen a más de 70 organizaciones de casi todos los países de la UE. Por ejemplo, de España, en la COPA, están presentes la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). En la COGECA están U. DE COOP. las Cooperativas Agro-alimentarias de España, Unión de Cooperativas.

La revuelta unitaria contra el dominio monopolista

La revuelta agrícola europea lleva desarrollándose desde diciembre de 2023. La causa de las protestas se debe a la práctica de políticas restrictivas europeas, que durante años han beneficiado exclusivamente a grandes explotaciones y perjudicado a las pequeñas y medianas.​ Con hecho clave que une a todas ellas, la bajada de rentabilidad de estas últimas explotaciones agrarias.

¿Qué denuncian? El permanente aumento de los costes de producción obliga a trabajar a pérdidas o con una baja rentabilidad. Las leyes de la cadena de valor sobre el precio justo o son insuficientes o no se cumplen. Las nuevas políticas medioambientales llevan a prohibir el uso de los productos fitosanitarios más agresivos, con disminución en la producción. El aumento de burocratización en el actual periodo de la PAC con mayores costes en atender las nuevas normativas.

No sólo cadenas de distribución e intermediarios son responsables de las ventas a pérdidas. También los elevados costes de la maquinaria (tractores, aperos, etc.) en manos de los oligopolios alemanes y estadounidenses que imponen los precios. El aumento de los precios en materias primas como las simientes, los fitosanitarios y los abonos que detentan las grandes corporaciones químicas de propiedad yanqui y francoalemana. Y el precio del gasóleo, marcado por los conocidos gigantes monopolistas.

Eduardo Madroñal Pedraza