(Eduardo Madroñal Pedraza) “Esa trabajadora que después de pagar todas sus facturas ya no tiene para afrontar el resto de los gastos en los siguientes 25 días del mes”. Son cifras y caras que el Informe FOESSA 2025 desvela. El macroestudio de Cáritas Española son ráfagas de verdades que desnudan heridas determinantes en la vida de nuestro país. La pobreza extrema es ahora un 52% mayor que en 2007. La vivienda inasequible y el trabajo precario son las principales causas estructurales que producen pobreza, “el epicentro de la desigualdad”.

Son 712 páginas, pero no son fríos datos meramente económicos, son un análisis profundo de 140 investigadores de 51 universidades, y de una encuesta a 12.289 hogares por toda nuestra geografía. El 5 de noviembre, Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, y Raúl Flores, coordinador del Informe FOESSA, en su presentación, fueron desgranando las graves conclusiones reveladoras de que “aun con el crecimiento económico, España mantiene una de las tasas de desigualdad más altas de la Unión Europea, que perpetúa la pobreza y la exclusión”, y que en nuestro país se desarrolla “un proceso inédito de fragmentación social”, por el que, sin cambio de rumbo, “por primera vez la generación actual vivirá peor que sus progenitores”.

La vivienda inasequible

El 45% de la población que vive en régimen de alquiler se encuentra en riesgo de pobreza, la cifra más alta de la Unión Europea. El informe valora que “la vivienda es el epicentro de la desigualdad por un modelo inmobiliario especulativo sobre el uso social de la vivienda”. El alquiler es “una trampa de pobreza”.

Como el informe afirma, “la vivienda está expulsando a uno de cada cuatro hogares de una vida digna y triturando el difícil equilibrio de las clases medias. Los datos son claros y también son demoledores: uno de cada cuatro hogares en España sufre rasgos de exclusión residencial”. Y el hacinamiento ha aumentado del 5,1% en 2018 al 7% en 2024.

El trabajo no salva de la pobreza

Pese a la mejora del empleo, el informe denuncia que “la precariedad laboral se ha convertido en la nueva normalidad, afectando a casi la mitad (47,5%) de la población activa”. Es decir, mantiene a 11,5 millones de personas atrapadas en diversas formas de inseguridad laboral. De hecho, más de un tercio de la población que trabaja está en situación de pobreza moderada o extrema.

La juventud accede a su primer empleo en peores condiciones y con salarios entre un 15% y un 30% inferiores a las generaciones anteriores. Una juventud que trabaja y se esfuerza por salir adelante. Más de la mitad de las familias que Cáritas ayuda están trabajando. Hay una presencia creciente de autónomos y asalariados.

Clase media, mujeres e inmigrantes se empobrecen

La clase media se está erosionando, porque muchas familias están enfrentando situaciones de empobrecimiento. La pobreza grave aumenta en los hogares encabezados por mujeres, un 15% más que en 2007. El 69% de las personas pobres son españolas. No es un problema importado por los inmigrantes, pero sí la sufren más.

Hay pobres porque hay ricos

La rica denuncia, por Cáritas, del progresivo empobrecimiento de la población española y de su carácter estructural es incuestionable. Pero falta su contrario. El simultáneo enriquecimiento creciente de una minoría social en España. No es casualidad. Son los dos aspectos de una misma realidad. Es fruto del salto en el saqueo -agudizado desde 2010-que nos impone a la mayoría de la población, la oligarquía financiera española y la burguesía monopolista estadounidense.

La riqueza extrema aumenta

La gran banca ganó el año pasado 26 mil millones, un 24% más que el año anterior. Y la mayor parte se llevan los grandes capitales estadounidenses, que controlan el 65% de las acciones del Ibex35, y sus fondos buitre controlan el precio de la vivienda, alquileres, hipotecas y luz.

Las empresas del Ibex 35 cerraron 2024 con un beneficio neto conjunto récord de 64.349 millones de euros, lo que supone un aumento del 25,87% respecto a 2023 (que fueron 51.134 millones). Los beneficios de los seis grandes bancos sumaron 31.768 millones de euros, casi el 49% del total del Ibex35. Y en 2025 siguen creciendo.

Redistribuir la riqueza

Entre 2016 y 2021 los oligopolios estadounidenses declararon fuera de España unos 33.000 millones de dólares en beneficios obtenidos aquí. Tal pérdida fiscal erosiona la equidad de un sistema tributario que sostenga pensiones, sanidad y educación. Redistribuir la riqueza es una alternativa real, factible. Que paguen impuestos. Aplicarla solo requiere voluntad política.

Eduardo Madroñal Pedraza