El singular creador de Alhaurín de la Torre ha desarrollado a lo largo de este curso académico una iniciativa piloto de tutorización artística con los jóvenes de Bachillerato que culmina con esta muestra colectiva que se inaugura el próximo martes, 10 de junio, a partir de las doce y media en las instalaciones del centro y que estará abierta al público durante tres días
El Colegio El Pinar transforma sus instalaciones en una galería de Arte. Y no una cualquiera. Nada menos que un espacio expositivo en el que se mostrarán una treintena de pinturas y trabajos elaborados por los estudiantes del Bachillerato artístico del centro; junto a la obra del singular pintor malagueño José Antonio Diazdel, que ha desarrollado durante el presente curso académico un proyecto de tutorización artística y creativa junto a los jóvenes de la institución académica de Alhaurín de la Torre; una iniciativa pionera en el panorama educativo provincial y regional.
Gracias a esta experiencia pionera, los estudiantes han podido crear sus propios trabajos a partir de los consejos y directrices del autor, que ha llevado su obra por medio mundo y que ha expuesto en galerías de Chicago, Aspen, Miami, Londres, Eindhoven o Tokio. El resultado de esta acción de tutorización creativa son los más de 30 trabajos -pintura, escultura y otros formatos-, que se mostrarán al público en la Galería del Colegio El Pinar a partir del próximo martes, 10 de junio; y que estará abierta al público en el horario de funcionamiento del centro hasta el jueves, día 12.
Es la primera vez que Diazdel se embarca en una iniciativa de este tipo. En el arranque del proyecto el propio autor confesaba que asumía el reto “con la mente abierta; pues estoy seguro de que los alumnos me van a sorprender y también con la expectativa de ver lo que ellos pueden aportarme a mi también. Espero que alguno se salga de la norma”.
“Creo que se puede hacer mucho desde el ámbito de la formación y de los centros educativos por el Arte. Pese a lo que hemos avanzado, en España continúa siendo difícil que te valoren como artista. Mi objetivo es que los jóvenes crean en lo que hacen y, de alguna manera, le pierdan el miedo a expresarse a través del Arte”, explicaba Diazdel en la previa al arranque del proyecto; una reflexión que completó con la idea de que el arte es un hecho “vivo y, en contra de lo que a veces se piensa o se dice, ni mucho menos está todo inventando. Es aquí donde los jóvenes tienen un papel clave; pues son los que aportan aire fresco y nuevos puntos de vista. Lo observo cada día a través de la redes sociales, que me llevan a ver que se hace en todos los lugares del mundo”.
𝗦𝗲 𝘁𝗿𝗮𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝗼𝗰𝗮𝘀𝗶ó𝗻 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗹 𝗮𝘂𝘁𝗼𝗿 ‘𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮’ 𝗲𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗮𝘂𝗹𝗮𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗴𝘂𝗶𝗮𝗿 𝗮 𝘂𝗻 𝗴𝗿𝘂𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗷ó𝘃𝗲𝗻𝗲𝘀 en una acción de apadrinamiento creativo de largo recorrido. Los futuros artistas han tenido que enfrentarse a distintos retos, trabajando codo con codo con Diazdel y siguiendo las pautas indicadas por él en el trabajo de campo; dando forma a obras pictóricas y escultóricas que llevan su sello y aplicando las técnicas que el mismo sigue. Ahora llega el último reto que; en palabras de la profesora Maribel Álvarez, del departamento de Arte del centro, “es uno de los más satisfactorios, pero también de los más complejos para un artista”, el de la exhibición pública de la obra. Para cumplir con este objetivo, que pondrá el broche de oro a un intenso año de trabajo, 𝘀𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗶𝗹𝗶𝘁𝗮𝗿á𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗮𝘂𝗹𝗮𝘀 𝗮𝗻𝗲𝘅𝗮𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝗰𝗹𝗮𝘀𝗲 𝗱𝗲 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗰𝗶𝗼 𝗲𝘅𝗽𝗼𝘀𝗶𝘁𝗶𝘃𝗼. 𝗨𝗻𝗮 𝗴𝗮𝗹𝗲𝗿í𝗮 𝗲𝗻 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝗿𝗲𝗴𝗹𝗮, 𝗮𝗯𝗶𝗲𝗿𝘁𝗮 𝗮𝗹 𝗽ú𝗯𝗹𝗶𝗰𝗼, en la que los trabajos de los estudiantes compartirán espacio con los del propio Diazdel.
La crítica ha ensalzado en múltiples ocasiones a José Antonio Diazdel como ejemplo de originalidad. Su estilo, temas y materiales se mueven en su propio escenario para protagonizar historias comunes que dan paso a su universo interior. En sus lienzos aparecen árboles, mares, barcos, instrumentos musicales, señoras o jinetes, que moldeados entre retales de telas y pan de oro, completan una figuración cargada de ternura y humanidad. Todo este universo ha sido ‘objeto’ de inspiración y de trabajo de los estudiantes de Arte de El Pinar durante el curso académico que ahora llega a su fin.