(Jesús Miguel Relinque Mota profesor de Instituto de Málaga) En un mundo en el que impera claramente la economía y el dinero por encima de las necesidades fundamentales de los seres humanos que lo habitan , cabía esperar un desastre económico y en muchos otros aspectos, tal y como el que se está produciendo en estos momentos.
Un señor con aires de grandeza, totalmente alucinado por sus ansias de poder y su arrogante egoísmo de vaquero contemporáneo , se ha postulado él mismo como el adalid y emperador de la tierra tal y como existe.
La barbaridad económica que ha ejecutado con la subida de aranceles al resto de los países del mundo ,incluida España y toda Europa dentro de un rompecabezas infantiloide que ha creado en su ideal sueño de imperio Romano a la americana , está volviendo loco a todos los mercados bursátiles y a todos los ministros de economía y hacienda del universo conocido.
Es evidentemente un hombre carente de empatía, de valores humanos de solidaridad y respeto a los sentimientos de sus propios compatriotas y del resto del mundo.
Sin lugar a dudas ha puesto a pensar a los economistas de todo el orbe incluidos los del gran imperio chino.
Pues bien las reacciones han sido diversas, desde los más amigables como Israel y algunos países asiáticos con poca potencia dineraria, hasta los más radicales como China su enemigo comercial más que consolidado y por último los más moderados y conservadores como la comunidad europea, quizá para no meter la pata antes de tiempo frente a un contrincante impredecible que nunca sabes que va a hacer al día siguiente.
En definitiva un total caos social , económico, humano y político que va a llevar al mundo sino se da marcha atrás a una recesión quizá de las peores desde la crisis de 1929.
Esperemos por el bien de todos que reine la cordura y no la ambición desmedida de un ser bastante insensible y con tintes de sumir a su propio país y de paso a la tierra entera en un entorno cada vez más inestable y aterrorizado por las consecuencias de sus pensamientos imperialistas y execrables.
Jesús Miguel Relinque Mota profesor de Instituto de Málaga