La Fundación impulsa su economía circular con el objetivo de producir 30.000 kilos de jabón solidario antes de que acabe el año, tras un 2024 en el que benefició a 490.000 personas en tres continentes

La Fundación Madre Coraje encara el último tramo de 2025 con la misma energía transformadora que marcó su actividad en 2024, año en el que logró que más de 490.000 personas en situación de vulnerabilidad en Perú, Mozambique y España mejoraran sus condiciones de vida gracias a sus proyectos de cooperación, educación, ayuda humanitaria y acción social.

Según su Memoria de Actividades 2024, publicada hace unas semanas, la entidad recogió más de 4 millones de kilos de residuos (ropa, aceite, libros y objetos), demostrando que la solidaridad y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Solo el año pasado, 144.000 kilos de ropa se pusieron en circulación en sus 35 tiendas solidarias, 12.800 kilos se donaron a entidades sociales y 400.000 kilos de aceite usado fueron recuperados gracias a la colaboración de particulares, bares, restaurantes y hoteles.

Ese aceite es la materia prima de un producto que simboliza el espíritu de Madre Coraje: el jabón solidario. En 2024, la fábrica ubicada en la sede central de Jerez produjo 29.715 kilos de jabón que mejoraron la salud y la higiene de más de 50.000 personas en comunidades empobrecidas de Perú y Mozambique.

Ahora, en 2025, la organización se ha propuesto un nuevo reto: alcanzar los 30.000 kilos de jabón solidario antes de fin de año.

“Nuestro objetivo refleja cómo algo tan sencillo como el aceite usado puede convertirse en salud, educación y esperanza para miles de personas”, explica Jesús Mula, responsable de Reciclaje de la Fundación. “Transformamos un residuo que contamina nuestro entorno en solidaridad que traspasa fronteras”.

El aceite recogido gratuitamente en bares, restaurantes y cocinas profesionales de toda Andalucía no solo evita la contaminación de miles de litros de agua, sino que se transforma en jabón solidario y en fondos que financian proyectos educativos, de cooperación y ayuda humanitaria. “El excedente de aceite permite sostener acciones tan diversas como programas de alfabetización de mujeres en Perú, la construcción de escuelas y embalses en Mozambique o el envío de contenedores de ayuda humanitaria a zonas vulnerables”, comenta Mula.

Durante 2024, Madre Coraje desarrolló 35 proyectos internacionales, brindó apoyo a 1.800 personas afectadas por el cambio climático en Perú, colaboró con 2.000 familias alpaqueras que incrementaron sus ingresos en un 56%, construyó aulas, letrinas y puntos de agua en comunidades rurales de Mozambique y participó en la protección de 45 niñas frente a matrimonios infantiles.

“Cada litro de aceite donado, cada kilo de jabón solidario fabricado, cada prenda vendida… son actos que generan esperanza”, afirma José Jiménez Diufaín, presidente de la Fundación. “La cooperación internacional no es algo lejano: está en cada voluntario que atiende una tienda, en cada bar que dona su aceite y en cada joven que se implica en nuestras acciones educativas”.

En total, 2.675 personas forman parte del engranaje humano de Madre Coraje, de las cuales 1.129 son voluntarias (el 78% mujeres) que dedican su tiempo a dar nueva vida a lo que parecía no tenerla, creando oportunidades.