Investigadores de la Universidad de Málaga y el IBIMA Plataforma BIONAND identifican un nuevo hallazgo contra el párkinson: una hormona presente en nuestro cuerpo muestra un potente efecto protector en células nerviosas dañadas por el párkinson
Un equipo de investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND) y la Universidad de Málaga han dado un paso adelante en la lucha contra la enfermedad de Parkinson. De esta forma, científicos del grupo Aspectos Básicos y Aplicados de das Enfermedades Neuropsiquiátricas y Neurodegenerativas, junto al grupo de Endocrinología y Nutrición, han descubierto que una hormona que todos tenemos de forma natural en nuestro cuerpo, llamada IGF-II, ayuda a proteger las neuronas del daño que causa esta enfermedad.
Este hallazgo, publicado en la revista científica Journal of Advanced Research, abre una nueva vía para desarrollar posibles tratamientos que no solo alivien los síntomas, sino que también frenen el avance del párkinson.
¿Qué es el párkinson y por qué es importante este estudio?
El párkinson es una enfermedad que afecta principalmente a personas mayores de 65 años. Provoca temblores, rigidez muscular y lentitud en los movimientos, y ocurre porque ciertas neuronas del cerebro dejan de funcionar y mueren poco a poco. Hoy, no existe una cura, y los tratamientos disponibles solo ayudan a controlar los síntomas.
Lo que ha descubierto este equipo es que el IGF-II —una hormona similar a la insulina que fabrica nuestro propio cuerpo— actúa como un escudo para las neuronas. En el laboratorio, han visto que cuando las células nerviosas se exponen a esta hormona, resisten mucho mejor el daño que normalmente las destruiría en el párkinson.
¿Qué hace exactamente esta hormona?
Los científicos comprobaron que el IGF-II ayuda de varias maneras:
- Protege la energía de las neuronas: mejora el funcionamiento de las mitocondrias, que son como las “pilas” de las células.
- Defiende el ADN: activa mecanismos de reparación del material genético, lo que ayuda a evitar fallos graves que pueden hacer que la célula muera.
- Evita la muerte celular: frena los procesos que llevan a la autodestrucción de las neuronas cuando están dañadas.
Además, para que esta protección funcione, el IGF-II debe estar presente de forma constante y actuar a través de un receptor específico que hay en las células.
Un camino largo, pero esperanzador
Este descubrimiento no surge de la nada. El equipo de investigación lleva desde 2007 estudiando cómo puede usarse el IGF-II para combatir enfermedades neurodegenerativas. En 2021 ya habían demostrado en animales que esta hormona podía proteger el cerebro, y ahora han dado un paso más al entender cómo lo hace a nivel celular.
“Queremos conocer todos los detalles de cómo actúa esta hormona en las neuronas. Nuestro objetivo es que en el futuro pueda usarse como tratamiento para frenar enfermedades como el párkinson”, explica la doctora María García-Fernández, una de las autoras del estudio.
Investigación internacional y una patente ya registrada
El estudio ha contado con la colaboración de investigadores de la Universidad de Módena y Reggio Emilia, en Italia, y ha sido financiado por la Universidad de Málaga, el Ministerio de Ciencia e Innovación y fondos europeos.
Además, estos resultados se suman a un trabajo anterior publicado en la revista Redox Biology, y ya se ha registrado una patente para el uso del IGF-II como tratamiento potencial frente al párkinson.
Referencia bibliográfica:
Silvana-Yanina Romero-Zerbo, Nadia Valverde, Silvia Claros, Pablo Zamorano-Gonzalez, Federica Boraldi, Francesco-Demetrio Lofaro, Estrella Lara, Jose Pavia, Maria Garcia-Fernandez, Belen Gago, Elisa Martin-Montañez, New molecular mechanisms to explain the neuroprotective effects of insulin-like growth factor II in a cellular model of Parkinson’s disease, Journal of Advanced Research, Volume 67, 2025, ISSN 2090-1232, https://doi.org/10.1016/j.jare.2024.01.036.