(Jesús Miguel Relinque Mota, Profesor de instituto de Málaga) Desde el punto de vista educativo y desde el prisma en que yo lo observo, la preparación y el enfrentamiento ante un episodio obligatorio en nuestras vidas como es la muerte, es un asunto de extrema relevancia en nuestra educación y que a mí modo de ver se tiene muy escondido o muy lvidado en la sociedad occidental en la que vivimos,  la muerte se ve como algo muy lejano o que solamente les pasa a los demás y vivimos en una sociedad en  la que se vende la eterna juventud , el culto al cuerpo y hay infinidad de personas de todos los géneros que tienen el síndrome de «Peter Pan» o sea que creen que van a ser eternamente jóvenes y que su vida física en esta tierra va a ser eterna o pretenden aparentar que tienen 15 años durante toda su existencia.

Todo lo anteriormente expuesto me lleva a considerar que la educación para afrontar la muerte de una manera sana y normalizada es de una trascendencia vital en nuestras escuelas y más en los momentos de  desconcierto por el Covid en los que muchísimas personas han perdido a muchos seres queridos o han estado muy cerca  de la muerte en una UCI de algún hospital y completamente solos.

Pues bien, ya es hora de hablar de este asunto abiertamente en las escuelas y en los hogares, no debe seguir siendo un tabú , ni algo que postergamos e ignoramos, pues es inevitable y además un evento por el que todo ser humano ha de pasar con absoluta seguridad.

El problema es que la muerte de amigos y seres queridos como muchos psicólogos y psiquiatras creen, nos recuerda y rememora grandemente al momento del final de nuestras propias vidas y tenemos que ser muy conscientes del hecho de que todos tendremos que enfrentar en algún momento esta situación, que para algunos es la continuación de la vida en otro plano y para otros es la no existencia.

Toda creencia es respetable pero lo que si es necesario es afrontar este hecho de una forma mucho más realista, saludable mentalmente y normanizarla como parte de nuestras vidas desde edades muy tempranas, pues de ese modo los duelos son menos frustrantes y los eventos mucho más soportables, además de prevenir muchos problemas mentales que se producen por una mala gestión de los duelos, cuyas consecuencias tratan y viven los especialistas en salud mental , los familiares y amigos y también vivimos los profesionales en la educación , pues muchos niños y adolescentes sufren situaciones de pérdida de seres queridos no saben gestionarlas emocionalmente, y es a consecuencia de que  ningún adulto les ha preparado para ese trance, que vuelvo a recalcar puede ocurrir en cualquier momento de nuestra existencia y más vale que estemos preparados para ello al menos entendiendo y siendo muy conscientes de un tema tan trascendental en nuestras vidas.

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