El Hospital Regional acoge la celebración del primer curso andaluz sobre infecciones osteoarticulares para actualizar la evidencia científica y consensuar protocolos de actuación

Las infecciones osteoarticulares son un problema complejo con gran impacto asistencial debido a su cronicidad, su evolución o la necesidad de nuevas intervenciones y tratamientos antimicrobianos prolongados

Un centenar de especialistas y médicos residentes de Cirugía Ortopédica y Traumatológica y de Enfermedades Infecciosas de centros hospitalarios públicos de Andalucía han participado en el primer curso de la Sociedad Andaluza de Traumatología y Ortopedia (SATO) para aumentar la visibilidad de las infecciones osteoarticulares con el objetivo de que los profesionales diagnostiquen esta patología de forma precoz para multiplicar el beneficio de las medidas terapéuticas.

Organizado por las Unidades de Gestión Clínica (UGC) de Cirugía Ortopédica y Traumatológica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional de Málaga, el curso también ha servido como punto de encuentro entre traumatólogos, infectólogos y microbiólogos de cara a consensuar protocolos de actuación, nomenclaturas e incluso diseñar futuros proyectos de investigación.

La especialista de la UGC de Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional, Beatriz Sobrino, asegura que cursos como este «suponen la base del trabajo multidisciplinar del que se benefician los pacientes que padecen infecciones tan complejas como estas».

El enorme interés que esta patología despierta entre los especialistas ha provocado la transformación de un foro provincial, que el año pasado fue regional, a un curso andaluz. De esta forma, en la reunión que por noveno año consecutivo organizan las Unidades de Gestión Clínica (UGC) de Cirugía Ortopédica y Traumatológica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Regional de Málaga, han participado este año expertos de distintas provincias andaluzas. Esta también ha querido ser un punto de encuentro entre la Sociedad andaluza de Traumatología y la de Enfermedades Infecciosas (SAEI) quien cuenta desde 2014 con un grupo de estudio específico para esta patología (GIOSTAR).

El contenido del curso en esta edición ha sido variado, tratando, por un lado, la infección articular con prótesis o sin ella, las infecciones asociadas a material de osteosíntesis en fracturas o las infecciones vertebrales, desde el punto de vista tanto clínico como quirúrgico. Asimismo, se abordó la variabilidad de herramientas diagnósticas y se actualizó la evidencia reciente con respecto al arsenal antimicrobiano disponible tras la incorporación de nuevos antibióticos y su aplicación en este escenario.

Las infecciones osteoarticulares habitualmente no comprometen la vida del paciente, pero sí tienen un gran impacto en el proceso asistencial debido a su cronicidad, evolución tórpida, y dificultad en el tratamiento antibiótico; así como por el gran impacto emocional que supone para el paciente, dolor crónico, y limitación para deambular, factores que merman la calidad de vida para el paciente. Sin olvidar el elevado coste en su resolución, derivado de la necesidad de nuevas intervenciones o tratamientos antimicrobianos prolongados.

En el Hospital Regional de Málaga existen equipos que aglutinan a profesionales de distintas disciplinas que dedican gran parte de su jornada a la asistencia de estos pacientes y al diseño de futuras estrategias de atención. «El futuro pasa por conseguir equipos más numerosos y entrenados, unidades de referencia y por mantener la estrecha colaboración que existe en la actualidad entre los servicios de Traumatología e Infecciosas», agrega Sobrino.

El tratamiento de las infecciones relacionadas con implantes siempre es quirúrgico para proceder a la limpieza de la zona afectada, y se complementa con terapia antibiótica intensiva, en el primer abordaje que se realiza en quirófano. Sin embargo, en otros casos es necesario retirar la prótesis infectada y reimplantar una nueva, en lo que se conoce como recambio en dos tiempos.
La estrategia que más ha contribuido a la disminución de la infección osteoarticular ha sido la implantación de la profilaxis antibiótica en los protocolos quirúrgicos, en la segunda mitad del pasado siglo. Asimismo, son fundamentales los cuidados de enfermería de la herida quirúrgica, y control de factores de riesgo del paciente antes de ir a quirófano.

Aunque los factores de riesgo están bien establecidos, este tipo de infecciones son más prevalentes en pacientes frágiles, de mayor edad o con patologías crónicas mal controladas como la diabetes mellitus. «También hay predisposición en cirugías de revisión o cuando, en el posoperatorio, no se hace una vigilancia estrecha de la herida quirúrgica», señala la especialista de la UGC de Enfermedades Infecciosas.

Por ello, en la evaluación preoperatoria el objetivo de los clínicos es que el paciente llegue al quirófano en las mejores condiciones, con un buen control de su patología crónica, tales como un índice de masa corporal inferior a 30 kg/m2, estricto control de los niveles de glucemia, o adecuado estado nutricional.

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